LOS ÁNGELES – Conforme se propaga COVID-19 por los Estados Unidos, los trabajadores de salud y servicios públicos están al frente de la batalla, luchando por mantener a sus comunidades seguras y sanas. Pero en California, un grupo de trabajadores no ha recibido la atención que se merece ni mucho menos los recursos que necesitan para protegerse a sí mismos y a los pacientes que cuidan.
Los proveedores de cuidados en casa (In-home Supportive Services o IHSS) son responsables del cuidado de personas que son especialmente susceptibles a contraer el nuevo coronavirus: los ancianos, los discapacitados y aquellos con sistemas inmunes comprometidos. Sus labores diarias varían desde labores domésticas hasta aseo personal y servicios paramédicos, lo cual hace incluso más urgente que tengan equipo de protección personal y apoyo profesional.
“Estamos en las situaciones más íntimas. No hay distanciamiento social en nuestros trabajos. Ninguno,” dice Astrid Zuniga, proveedora de cuidados en casa para su hijo con autismo y vicepresidenta ejecutiva de United Domestic Workers of America (UDW/AFSCME 3930), la cual representa a 120.000 trabajadores en 21 condados de California. “Estamos teniendo que bañar a nuestros pacientes, estamos teniendo que moverlos de un lugar a otro, ayudándolos a vestirse, no hay distancia de tres a seis pies. Los proveedores de cuidados en casa son quienes están al frente de la batalla 100%”.
Sin embargo, hasta ahora, dichos trabajadores no han recibido ni mascarillas ni guantes, ni capacitación sobre enfermedades infecciosas o sesiones informativas de sus empleadores en el condado.
“Yo sé que necesitamos tomar precauciones, y él se enferma y no sabemos lo que tiene”, dice Wymon Johnson, miembro de UDW que cuida a su sobrino discapacitado. “Su sistema inmune está comprometido, pero qué quiere decir eso: ¿me está poniendo en peligro a mí o yo lo estoy poniendo en peligro a él?”
El Estado de California gestiona el programa IHSS, enviando fondos estatales y federales a condados individuales, quienes negocian salarios y beneficios con UDW. Muchos proveedores de IHSS no tienen acceso a cuidado de salud, y la mayoría ganan sólo un poco más que el salario mínimo. Demográficamente, la mayoría de los proveedores son mujeres y gente de color, con una comunidad inmigrante muy grande que no habla inglés como primer idioma.
Dados todos esos factores, junto con la falta de equipo de protección personal y que los proveedores no tienen más que ocho horas de licencia pagada por enfermedad, así como la falta de un plan estatal de respaldo en caso de que se enfermen y no puedan cuidar de sus 600.000 clientes, el programa de IHSS tiene el potencial de ver muchas más infecciones de coronavirus.
Es por ello que UDW está cabildeando con el Estado para garantizar protecciones salariales para los proveedores de IHSS que no pueden trabajar como resultado de COVID-19 y asegurar que sus clientes reciben los servicios que necesitan para mantenerse sanos en sus hogares.
“El cuidado doméstico ya era un trabajo difícil antes del brote: bajos salarios, horas irregulares, cuidado personal y paramédico en las situaciones más íntimas. Los trabajadores que proveen este cuidado son verdaderos héroes que fortalecen a nuestras familias y comunidades,” dice Doug Moore, director ejecutivo de UDW. “Pero California necesita entender que estos son trabajadores de salud al frente que cuidan a ancianos y personas con discapacidades más vulnerables al virus. Debemos proteger a los proveedores de IHSS y a sus clientes, o se perderán vidas”.