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Luego de desafiar la pandemia, empleados de las escuelas de Miami-Dade se preparan para el otoño

Por Personal de AFSCME ·
Luego de desafiar la pandemia, empleados de las escuelas de Miami-Dade se preparan para el otoño
Phyllis Leflore. Foto proporcionada por el miembro.

Conforme la pandemia del coronavirus causaba estragos en las escuelas de Miami, la presidenta de la Local 1184 de AFSCME Florida, Phyllis Leflore, trataba de alentar a los miembros de la local a pesar del miedo que ella misma sentía.

“Nuestros miembros tuvieron que regresar a trabajar y enfrentarse a lo desconocido. Ellos no sabían que pasaría, si se enfermarían o contagiarían a sus familias”, dice Leflore, quien lidera a trabajadores escolares incluyendo conductores de autobuses, empleados de mantenimiento y de limpieza, trabajadores de servicios alimentarios y demás que son miembros de la Local 1184.  

“Yo tenía que salir y visitar sus lugares de trabajo para enseñarles que contaban con mi apoyo”, dice Leflore. “Era difícil reconfortarlos. Yo no tenía a nadie que me reconfortara a mí. Me derrumbaba yo misma. Cuando iba de visita al distrito escolar y a las escuelas, me enteraba de miembros que habían fallecido”.

Sin embargo, a pesar de sus miedos, los valientes empleados de las escuelas públicas de Miami-Dade y miembros de la Local 1184 perseveraron a lo largo de la pandemia para servir a sus comunidades. Los trabajadores de servicios alimentarios se esforzaron por no sólo alimentar a los estudiantes sino a la comunidad entera, llegando a sus puestos a las 6 a.m. y saliendo a las 7 p.m. para realizar entregas a personas de la tercera edad, empleados escolares y demás.

Los trabajadores de limpieza, quienes al principio no tenían acceso a las escuelas, se aseguraban de que los exteriores de los edificios estuvieran en buena condición y seguían podando el pasto y pintando. Los trabajadores de mantenimiento instalaron nuevos bebederos de agua y reconfiguraron las escuelas para cumplir con los nuevos requisitos relativos al COVID-19.

El martes, Leflore compartió las historias personales de sus miembros con el Secretario de Educación Miguel Cardona, quien realizó una mesa redonda virtual para escuchar al personal de las escuelas en todo el condado.

Ahora, conforme se están reabriendo las escuelas, Leflore y otros están haciendo la transición de los últimos 15 meses a lo que esperan será un otoño casi normal. A pesar del miedo persistente, Leflore también ha logrado reflexionar sobre la experiencia con orgullo.

“Cuando querían descansar a los trabajadores, yo no les dejé”, dice.

Su meta a lo largo de la pandemia ha sido “asegurarme de que todos están a salvo y a gusto”, lo cual requiere de una vigilancia constante, sin días de descanso. También empleó el poder de su unión para distribuir “miles y miles de bolsas con mascarillas, guantes, gel desinfectante y batas”.

Esa necesidad de vigilar permanece, incluso conforme aparecen señales del regreso a la normalidad.

“La vida tiene que volver a empezar”, dice Leflore. Sin embargo, agrega, “Nosotros siempre tenemos que asegurarnos de que las personas estén a salvo”.