Cuatro trabajadores en el campo de salud conductual hablaron sobre los retos que enfrentan durante la pandemia de COVID-19 en una llamada de prensa organizada por la AFL-CIO.
Uno de ellos fue Mike Yestramski, trabajador social psiquiátrico en el Western State Hospital, estado de Washington, y presidente del Concilio 28 de AFSCME, el cual representa a aproximadamente 45.000 servidores públicos en todo el estado.
“Porque no somos hospital médico, no tenemos el mismo nivel de equipo de protección personal que necesitamos para prevenir la exposición”, dijo Yestramski. “Son pocos los trabajadores que tienen el equipo de protección adecuado”.
Yestramski dijo que después de batallar con los gerentes, el concilio pudo lograr que se les permita a los trabajadores llevar su propio equipo de protección personal. También dijo que seis pacientes y 15 miembros del personal han contraído COVID-19. Dos pacientes han muerto hasta ahora.
Yestramski también describió los peligros en las instalaciones y cómo la presencia del virus ha interrumpido el importante trabajo terapéutico que se realiza ahí. Los clientes del hospital sufren de condiciones cognitivas y psiquiátricas severas y algunos son violentos o requieren de asistencia y ayuda física las 24 horas.
“En Western State Hospital, nuestras instalaciones son viejas, tienen pasillos angostos. Los clientes con frecuencia comparten una habitación o litera y no tenemos los sistemas de filtración de aire que existen en los centros médicos modernos”, dijo.
“Mas allá del daño físico que causa este virus, existen implicaciones serias respecto a cómo podemos cuidar a los clientes en la actual situación”, añadió. “En la mayoría de los casos, las sesiones de terapia en grupo ya no son posibles. Las rutinas que mantienen a los pacientes estables se están desbaratando y eso causa mayor agitación, especialmente entre aquellos que no entienden lo que está pasando ni por qué”.
Otros trabajadores de salud conductual de todo el país describieron los costos de la pandemia en sus comunidades y enfatizaron la necesidad urgente de recibir equipo de protección personal.
Liz Shuler, la secretaria-tesorera de la AFL-CIO, los llamó “verdaderos líderes” que están “en el frente arriesgando su propia salud…. Los necesitamos ahora más que nunca. El coronavirus está poniendo a prueba a nuestro país, económica y emocionalmente”.